Ricardo Canaletti
Es periodista de policiales, aunque reniega de esa denominación. Fue cronista del diario Clarín desde 1986 hasta 1991, cuando pasó a ser jefe de la sección, cargo que mantuvo hasta junio de 2008. Desde 2006 trabaja en Canal 13.
Cuando dicen “Triple crimen”, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
Un hecho inaudito y después una cuestión en la que, nuevamente, la policía quedó expuesta por muchas dudas que surgieron inmediatamente. En lugar de aclarar, de ser precisos con la información que se podía suministrar, fueron muy confusos y eso fue lo que creó especulaciones de todo tipo. La especulación se debería basar siempre en indicios, en hechos concretos. Estoy de acuerdo que al principio de una investigación es todo siempre incierto, pero hay comprobaciones que son más certeras que otras.
Al principio el Jefe de la Policía Bonaerense estando en el lugar dijo “esto es una escena del crimen primaria”. O sea, los mataron ahí. Sin embargo, al poco tiempo eso se puso en duda. Entonces desde allí en adelante fue un caso propicio para que cualquier irresponsable arme teorías con lo que le parece.
¿Quiénes serían esos irresponsables?
Tanto la parte judicial como la periodística. Nosotros no deberíamos hacer más que reproducir, informar, difundir y criticar lo que la policía hace; y nuestra tarea está condicionada por lo que nos dicen nuestras fuentes. Cuando ellas se equivocan o tenés un problema de credibilidad, cualquier cosa que pase después va a ser siempre dudosa.
Yo no sé que relación tuvieron todos esos nombres, esa cantidad impresionante que se tiró encima de la masacre, con el tráfico de efedrina por un lado y con el triple crimen, por el otro.
Y quien lo vincula tampoco dio indicios más o menos sólidos de esa vinculación. Sí, puede ser, no lo descarto como observador. Porque somos observadores. Pero también es cierto, como marcaron otros funcionarios, como la fiscal Yacobucci que dijo que esto podría tener que ver con medicamentos falsos, con la enorme cantidad de cheques sin fondo que libró una de las víctimas. Había otras alternativas, pero bueno para algunos funcionarios policiales y judiciales, y para algunos periodistas siempre vende más ligar tres crímenes al narcotráfico.
¿El periodismo se involucra demasiado?
En cierta medida no está mal especular sobre el tema, siempre que se apoye en bases firmes.
¿Puede llegar a ser negativo para la opinión pública encontrarse con tantas especulaciones sobre un tema?
El propio público me parece que crea anticuerpos. Por ejemplo, sobre este caso, ¿quién va a recordar tantos nombres? Por otro lado, también es cierto que hay que informar sobre cuestiones legales. Igualmente, aún reconociendo lo de los anticuerpos puede ser negativo porque si quiero esclarecer algo tirando muchas hipótesis, al final no lo logro, al contrario, confundo. Por lo tanto, no hago bien mi trabajo.
¿De qué manera impactó en la gente?
Hay dos cosas, una escapa a la otra. Lo que es impactante es la ejecución de tres personas, además de las dudas que existen sobre la escena del crimen; y de la versión firme de que habían estado secuestrados durante un tiempo. Todo eso, que es estrictamente detectivesco, policial, tiene su público. Atrapa. Lamentablemente siempre es más atractivo ver cómo le ponen un revólver en la cabeza a una persona, que saber cómo se arma una estafa financiera. Después está el tema del tráfico de efedrina que no le importa a nadie.
¿Te censuraron alguna vez en tus lugares de trabajo?
El único límite, no voy a hablar de censura porque nunca la viví, es el espacio en el papel y el tiempo en el aire. Después al contenido lo decido yo. Si me equivoco, meto la pata, informo mal o distorsiono algo, es un error mío. Obviamente que, si me pasó, fue sin intención, por mis incapacidades. Nunca fui presionado ni me han sugerido nada, desde que fui cronista de policiales hasta que llegué a ser jefe de esa sección.
Cuando dicen “Triple crimen”, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza?
Un hecho inaudito y después una cuestión en la que, nuevamente, la policía quedó expuesta por muchas dudas que surgieron inmediatamente. En lugar de aclarar, de ser precisos con la información que se podía suministrar, fueron muy confusos y eso fue lo que creó especulaciones de todo tipo. La especulación se debería basar siempre en indicios, en hechos concretos. Estoy de acuerdo que al principio de una investigación es todo siempre incierto, pero hay comprobaciones que son más certeras que otras.
Al principio el Jefe de la Policía Bonaerense estando en el lugar dijo “esto es una escena del crimen primaria”. O sea, los mataron ahí. Sin embargo, al poco tiempo eso se puso en duda. Entonces desde allí en adelante fue un caso propicio para que cualquier irresponsable arme teorías con lo que le parece.
¿Quiénes serían esos irresponsables?
Tanto la parte judicial como la periodística. Nosotros no deberíamos hacer más que reproducir, informar, difundir y criticar lo que la policía hace; y nuestra tarea está condicionada por lo que nos dicen nuestras fuentes. Cuando ellas se equivocan o tenés un problema de credibilidad, cualquier cosa que pase después va a ser siempre dudosa.
Yo no sé que relación tuvieron todos esos nombres, esa cantidad impresionante que se tiró encima de la masacre, con el tráfico de efedrina por un lado y con el triple crimen, por el otro.
Y quien lo vincula tampoco dio indicios más o menos sólidos de esa vinculación. Sí, puede ser, no lo descarto como observador. Porque somos observadores. Pero también es cierto, como marcaron otros funcionarios, como la fiscal Yacobucci que dijo que esto podría tener que ver con medicamentos falsos, con la enorme cantidad de cheques sin fondo que libró una de las víctimas. Había otras alternativas, pero bueno para algunos funcionarios policiales y judiciales, y para algunos periodistas siempre vende más ligar tres crímenes al narcotráfico.
¿El periodismo se involucra demasiado?
En cierta medida no está mal especular sobre el tema, siempre que se apoye en bases firmes.
¿Puede llegar a ser negativo para la opinión pública encontrarse con tantas especulaciones sobre un tema?
El propio público me parece que crea anticuerpos. Por ejemplo, sobre este caso, ¿quién va a recordar tantos nombres? Por otro lado, también es cierto que hay que informar sobre cuestiones legales. Igualmente, aún reconociendo lo de los anticuerpos puede ser negativo porque si quiero esclarecer algo tirando muchas hipótesis, al final no lo logro, al contrario, confundo. Por lo tanto, no hago bien mi trabajo.
¿De qué manera impactó en la gente?
Hay dos cosas, una escapa a la otra. Lo que es impactante es la ejecución de tres personas, además de las dudas que existen sobre la escena del crimen; y de la versión firme de que habían estado secuestrados durante un tiempo. Todo eso, que es estrictamente detectivesco, policial, tiene su público. Atrapa. Lamentablemente siempre es más atractivo ver cómo le ponen un revólver en la cabeza a una persona, que saber cómo se arma una estafa financiera. Después está el tema del tráfico de efedrina que no le importa a nadie.
¿Te censuraron alguna vez en tus lugares de trabajo?
El único límite, no voy a hablar de censura porque nunca la viví, es el espacio en el papel y el tiempo en el aire. Después al contenido lo decido yo. Si me equivoco, meto la pata, informo mal o distorsiono algo, es un error mío. Obviamente que, si me pasó, fue sin intención, por mis incapacidades. Nunca fui presionado ni me han sugerido nada, desde que fui cronista de policiales hasta que llegué a ser jefe de esa sección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario